La edición como su mismo nombre
lo dice, se trata de suprimir. Este proceso se encarga de limpiar el texto
de reiteraciones y redundancias. Además, otro de los aspectos
en los que se detiene la edición es en la coherencia del texto. En el caso
específico de editar obras literarias, se revisa por ejemplo que los
personajes, los espacios, los hechos no se modifiquen sin que exista una razón
que permita su verosimilitud. El editor revisa la unidad narrativa entendida
como la unificación del estilo del escritor y el tono del narrador. A través de
este proceso se revisa el uso correcto y preciso de las palabras; por otro lado
se ubican dentro del texto frases hechas y lugares comunes que se le sugiere al
escritor reescribir o suprimir. El editor es un colaborador del escritor, la
conciencia, el ojo fresco que ve en el texto las inconsistencias que éste por
sí mismo ya no puede ver.
La corrección de estilo por su
parte se encarga de revisar errores ortográficos y de redacción. Desde este
proceso se corrige específicamente la sintaxis y la semántica en el texto. A
través de la sintaxis se revisa la cohesión entre las palabras, las oraciones y los párrafos, además la precisión de las preposiciones y los conectores lógicos.
Desde la semántica se revisa el orden lógico, el sentido de las oraciones y de las ideas. También se corrige la precisión de las palabras y la
redundancia de éstas y de las ideas.
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